Él se llamaba Arthur "Boy" Capel y era un atractivo jugador de polo inglés. Ella era Gabrielle, le decían Coco y el talento era su única posesión.
Boy creyó en ese talento y financió su emblemática tienda en la rue Cambon de París y ella al devolver el préstamo recuperó su libertad.
Boy Capel fue la inspiración de Coco y solo la muerte lo pudo separar de ella. La diseñadora confesó que nunca pudo llenar el vacío que dejó su muerte. A partir de entonces se refugió en su trabajo.
La comodidad de sus prendas le sirvió para reinventar la elegancia femenina y su inesperada muerte hizo que vistiera de luto a todas las mujeres del mundo.
Coco Chanel fue una mujer que trabajó, amó y murió sin importar lo que pensaran de ella.