Crepes que van acompañados de la cultura del beso

Escribe Vanessa Rolfini (@rutasgolosas)

La cadena de creperías ahora no se limita al conocido plato francés, sino que añade otras opciones y expande su concepto a una suerte de parque temático donde el beso es uno de los principales ingredientes y protagonista.

En las creperías Beso Francés el verbo besar se conjuga de todos los modos posibles y no se limita a la mesa, evoca sentimientos de amor, ternura, gusto, agradecimiento, pasión, cuidado y, por supuesto, el gusto por el buen sabor. La cadena limeña, ha decidido afianzar las referencias al besar y sus circunstancias como parte de su oferta gastronómica.

La crepería comenzó en 2010 en Asia y al poco tiempo ya estaba en varios centros comerciales capitalinos. Inicialmente, la intención era ofrecer crepes a los transeúntes, inspirados en ese concepto tan parisino de cocina de calle, que permite ir comiéndolos con la mano envuelta en un cono de papel mientras se va de un lado a otro. Pero en Lima rápidamente se amplió la intención y actualmente cuentan con 12 locales, dos de ellos frente al mar en el Malecón de la Reserva. También anuncian que próximamente abrirán uno en La Molina.

Samantha Lafosse, una de sus fundadoras, nació en la caribeña isla francesa de Martinica y llegó a Lima por motivos personales. Preparaba crepes en casa como cosa cotidiana, porque era parte del recetario familiar. Miró el mercado local, donde afirma que no encontraba crepes al estilo francés. Comenzó entre amigos y conocidos y, más rápido de lo que hubiese esperado, encontró espacio la oferta gastronómica limeña. “Quiero que los crepes se disfruten como un plato sencillo, que admite muchos sabores y combinaciones, porque puede ser muy simple y complejo a la vez”, afirma Lafosse, mientras da un recorrido por los espacios del nuevo local en Barranco, dedicado a los besos, al besar en el sentido amplio de la palabra, es decir, a nuestra pareja, hijos, padres, amigos, incluso mascotas, que ilustran con fotos en gran formato, llamadas “beso momento”. Todo esto apoyado con poemas, historias y películas referidas al tema, columpios y sofás en forma de boca.

Beso momentos

El nombre Beso Francés surgió durante una conversación con una amiga, en lo que hace un poco más de una década era un pequeño emprendimiento. Pero resultó pegajoso y fácil de recordar, en sí mismo brindaba una idea de algo especial. La novedad es que a partir del nombre expanden el concepto del beso al diseño, pero manteniendo su carta habitual que tiene crepes dulces rellenas de manjar, Nutella o fudge de chocolate con frutas frescas o secas; también las saladas que puede ir rellenas de queso, jamón, pollo, champiñones, a lo que se suman sánguches, bebidas frías y calientes donde se destacan las merengadas, los smothies y el café.

Ahora hacen combinaciones que venden en combos para distintas ocasiones del día, como los “Beso Desayunos” o los “Beso Almuerzos” (ambos con crepes dulces o saladas con bebida); además de bombones, helados, opciones para las mascotas que acompañan a sus dueños y una “Beso Tienda”, donde hay desde piezas de bisutería, pasando por accesorios como gorras, cojines, además del café de la casa y una caja llamada “Kit de Crepes”, que contiene la mezcla para hacerlas en casa, con rellenos como manjar y fudge de chocolate, además de los conitos de papel ilustrados con frases sobre besos de parejas francesas famosas en la historia.

El recién inaugurado espacio en Barranco es amplio, lo que permite guardar todos los protocolos de bioseguridad, tiene una terraza al fondo y a un costado un divertido espacio con sofá en forma de boca y columpios con la misma temática. Samantha Lafosse asegura que todos los establecimientos se transformarán en espacios similares a estos, donde el ingrediente secreto que acompañe a los crepes de siempre, será el beso y sus circunstancias.

Articulo de El Trinche, escrita por Vanessa Rolfini

 

Comentarios

  • Publicado por Julio María Montecarlo en

    Me trae a la memoria recuerdos de un viaje encantado por Lima y particularmente de la crepes que me comí en el malecón en una tarde de nubes en octubre… Saludos desde Chile.

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